LA ACTITUD DE UN MAESTRO EN EL AULA
Convencido de que el aprendizaje de la democracia puede implicar ciertos riesgos, la película es ante todo la crónica de la vida en una clase: una comunidad de 25 personas que no han elegido estar juntas, pero que deberán trabajar entre cuatro paredes durante un año escolar. François Bégaudeau es un joven profesor de lengua francesa en un Instituto difícil. Sus alumnos tienen entre 14 y 15 años y no duda en enfrentarse a Esmeralda, a Souleymane, a Khoumba y a los demás en estimulantes batallas verbales, como si la lengua estuviera en juego.
«Quería hacer justicia a todo el trabajo que se desarrolla en las escuelas. En una clase, la inteligencia siempre está en juego, incluso en los malentendidos y en los enfrentamientos. Queríamos mostrarlo cada vez que rodábamos una escena. En los intercambios entre alumnos, entre profesores, entre profesores y alumnos se hacen preguntas, se entienden, se intercambian ideas. Apostar por la inteligencia corresponde al modo particular y poco ortodoxo en que François ejerce su profesión.
La película no intenta proteger a unos y atacar a otros. Todos pueden ser débiles y brillantes, con momentos de gracia y de mezquindad. Cada uno puede tener momentos de clarividencia o de ceguera, de comprensión o de injusticia. Pero me parece que esta película comunica un mensaje positivo porque reconoce que el colegio es a menudo caótico. Se viven momentos de desaliento, pero también momentos de gran felicidad. Y de entre este gran caos surge bastante inteligencia.
Pocos profesores se arriesgan tanto como François ante los alumnos. No se arriesgan a equivocarse, a fracasar. Es más fácil transmitir el saber mediante una clase magistral que intentar hacerles partícipes a todos sin que se den cuenta. Para eso hace falta mucha sangre fría. Algunos se lo reprochan y otros le envidian. Este hombre tiene algo de Sócrates». Opiniones del director de la película Laurent Cantet sobre la actitud en el aula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario